martes, noviembre 30, 2004

Noche de poesía catalana en la Mutua

Noche de lectura en la Mutualista, por parte de poetas catalanes, viejos la mayoría, pasados los sesenta. Al final, uno de ellos pidió silencio para la poesía. Al instante, los verdaderos escuchas dejaron de prestar atención, tornándose a su chela bien helada o a los churritos en el plato de unicel sobre su mesa, mientras que, los que pidieron el silencio, se acomodaron la corbata o el saco, se peinaron las canas o la calva, y se pusieron a escuchar, creyendo que la poesía estaba en lo que era leído y no en lo que en realidad pasaba.

La catarsis de escribir es deliciosa. Hasta que las letras se han amontonado demasiado una en la otra. Los dedos han olvidado, o se han confundido, el lugar de cada una de las letras. La e por la a, la i por la o. ¿Por qué la superposición de vocales, el orden contrario de las consonantes, la unión de palabras donde no ha lugar?

La poesía catalana tiene ritmo y, mucho, pero mucho, sentimiento nacionalista.


Compras recientes en la Fil:


Estabilidad estructural y morfogénesis: ensayo de una teoría general de los modelos. René Thom. Gedisa, Límites de la Ciencia, Barcelona, 1997.
Como cada año en el fil, me llevo un libro de esta editorial, ya que, apenas un año es suficiente para digerirlos. Un poco caros, unos 350 pesos. Supongo que es necesario pagar más para acceder al conocimiento de punta, como lo expondrá este libro, en cuanto a sistemas dinámicos, fractales y geometría algebraica –por lo menos estos son los puntos que seguiré desde mi orientación matemática.

Las virtudes del pájara solitario. Juan Goytisolo. Seix Barral, Biblioteca Breve, Barcelona, 1990.
Novela del ganador del premio Juan Rulfo. Me entra la curiosidad por saber más de este disidente, cuya obra Telón de Broca es una belleza de poema vuleto historia.

Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes. Edición del IV Centenario. Alfaguara, 2004.
Si la novela moderna inicia con esta obra, y Goytisolo se declara un Quijote, valdrá la pena leerla completa.

Breviario del Caos. Albert Caraco. Sexto Piso. México, 2004.
Un libro de una editorial muy bonita, hermana menor de Anagrama y Acantilado. Y mexicana.

Return ticket. Salvador Novo. Planeta, CONACULTA. México, 2002.
Si los del crack, ahijados de Fuentes, creen oportuno retomar a los autores de esta generación, valdrá la pena echarle un ojo.

El misterio de la cripta embrujada. Eduardo Mendoza. Seix Barral, Biblioteca Breve. Barcelona, 1997.
Me costó veinte pesos. Para conocer algo de literatura catalana.

Inferno. August Strindberg. El Acantilado. Barcelona, 2002.
Primera edición completa en español de este autor sueco. La editorial, en su quinto aniversario.


Por el raval entre música

Mi ligerísimo homenaje a Catalunya y Goytisolo en El Tapatío

Limpiando mi escritorio

Supongo que es necesario mantener cierta limpieza, ciertos hábitos de higiene en nuestras vidas. Así, el ser humano saludable, o normal, será aquel que invierta suficiente tiempo en limpiar su propia mierda. La ropa sucia se lava en casa, gustan decir las buenas familias, aquellas de los de izquierda con gustos de derecha, los que gustan tomar un buen café en París junto a Jodorowski para, al día siguiente, pasar a saludar a la virgencita morena en Notre Damme.
Y los vericuetos del pensamiento, ¿tienen un significado en específico, una razón de ser que sea realmente utilizable para la existencia? Por lo menos la limpieza le declara la guerra a la entropía, al flujo de mayor probabilidad de la energía en el universo pero, el pensamiento, con su inutilidad aparente, no hace otra cosa que marcar una diferencia entre lo que hay y lo que queda: flujo de energía vuelto menos. ¿Para qué el desgaste, por qué la oposición al caos?

sábado, noviembre 27, 2004


La soledad los volvió más solos y menos solitarios. El sexo puro no es más que un compartir soledades. Una mano para acá, otra para allá; bocas, vergas y puchas en plena exhibición. No hay amor remanente en el mundo. La mejor ilusión del adulto es no tener ilusiones.

Supongo que escribir historias no es más que tener ganas de decir algo importantísimo, fundamental, y no decirlo, sino contarlo sin usar las palabras que se usarían para expresar la misma idea. El torbellino de los sueños, la llama de los corazones congelados, el sepulcro del muerto incandescente, sin velorio ni primera comunión. De entre todas las profesiones posibles, creo que la escritura es la peor; sin embargo, es un mal necesario para acallar la conciencia y poder dormir de noche sin tanto remordimiento. Si tan solo nos pudieran asegurar el mañana, no habría necesidad de la literatura, porque el presente siempre se conservaría, no se daría la necesidad de guardar la memoria de la humanidad.

La única –y mejor– manera de tratar un tema, es viéndolo desde fuera. De aquí que mi amigo de Suecia se divierta con las cantinfladas de la política mexicana, y yo me quede consternado ante la posibilidad de guerra en Ucrania. Lo que hacemos partícipe de nuestro intelecto es lo externo; lo propio suena demasiado común para analizarlo.

Ahora resulta que hasta en la poesía se da la política y el futbol.


jueves, noviembre 25, 2004

La noche corrió según debió haber andado: unas horas de lectura, un cigarrito para relajarse, un par de mandarin & tonic en el Calavera para rematar el calmante. La noche no es un ente independiente: se nutre de las conciencias de los que la habitan. El diario ha de irse agotando para dar paso a la novela. Vivir la vida está delimitado por la diferencia entre el mapa y el territorio. O vivo lo que he creado o creo lo que veo aunque no sepa si en realidad ha sido creado por una fuerza ajena a mi. ¿Cómo saber si es que todos vemos el mismo mundo, con diferentes ojos?

domingo, noviembre 21, 2004

Supongo que todos reímos y lloramos muy a nuestra manera. Algunos, deseosos de sentirse protegidos, se repliegan sobre si mismos; otros, mucho más seguros de su inseguridad, se dan un aire de confianza, como si la luna fuera de cristal o el sol de fuego líquido. Ni la luna ni el sol –no tengo nada. Un suspiro por un amor que pudo ser, un recuerdo deseoso de un amor que no es pero puede ser. Tantas posibilidades y tan acotadas nuestras decisiones. De tantas, una sola.

Suposiciones

Supongo que todos reímos y lloramos muy a nuestra manera. Algunos, deseosos de sentirse protegidos, se repliegan sobre si mismos; otros, mucho más seguros de su inseguridad, se dan un aire de confianza, como si la luna fuera de cristal o el sol de fuego líquido. Ni la luna ni el sol –no tengo nada. Un suspiro por un amor que pudo ser, un recuerdo deseoso de un amor que no es pero puede ser. Tantas posibilidades y tan acotadas nuestras decisiones. De tantas, una sola.

sábado, noviembre 20, 2004

Mantener un diario

Creo que mantener un diario no sirve mas que para tener presente la fecha actual. En la escritura, uno se deja llevar por las fechas del personaje, no las del narrador. Es ese ir y venir de un punto a otro, de la realidad hacia la ficción, de lo creado a lo inventado, que se da la conciencia de existir. He escrito un texto sobre Barcelona, música catalana y, de cierta manera, como homenaje a un gran escritor, exiliado voluntario, disidente convencido de sus creencias, quien visitará Guadalajara en el marco de la Fil: Juan Goytisolo. Gracias a él, redescubrí que la prosa la hacen los grandes poetas, a menos que hablemos de historias de detectives o vaqueros. Siguiente reto: escribir un cuento para niños. ¿Cómo conocer las historias que les gustan a ellos? Fácil: hablando con ellos, pasando tiempo a su lado, escuchándolos y contándoles historias hasta hacerlos unirse al cuento, con la carcajada a todo lo que da o la complicidad o el miedo a lo desconocido. Entonces, un punto de partida sería pensar la emoción que uno quiere transmitir, de la cual les quiere crear catarsis.
Apenas finalizar este mes, no quedará más que uno solo para terminar este diario, o esta sección por lo menos: 2000-2004. Será tiempo de emprender nuevos proyectos, de cerrar los que se han logrado y, acaso, los que se soñaron y nunca vieron luz.

The Dreamers, de Bernardo Bertolucci


La cuenta de los días deja su significado a un lado ante el temor a la muerte. Los Soñadores viven de ilusiones, se refugian en su recámara, dentro de una casita hecha con sábanas y bastones largos, inventan un mundo nuevo, crean el cambio importante de la generación, siempre soñando, sin salir a la calle siquiera. Dentro de los más grandes miedos de la humanidad está el de la transición a la adultez, la duda ante la certidumbre, el apaciguamiento ante el cambio. El adulto piensa mucho más las cosas antes de llevarlas a cabo, o de imaginarlas, apenas. Los impulsos han sido dejados a un lado; ahora es toda razón. Pero los soñadores siguen soñando sus sueños soñados por otros soñadores: dentro de una cabeza está el mundo entero. La historia de la humanidad evoluciona con cada ser humano. Las generaciones se van rotando en espiral, las modas se retoman, la palabra se vuelve cómplice del tiempo. Sobre la dura tabla de arcilla se conserva el legado del mundo: ¿Gaia está muriendo? Y si fuera cierto, ¿podremos mudarnos a tiempo? Las calles expiran revolución. Un grito al aire, una llama recién iniciada. Dans la roue, dans la roue! De frente, el sistema con sus hombres de negro se enfrenta a los incitadores, en su mayoría rojos –según la moda ideológica del 68–, mientras la luna sigue su curso, los experimentos nucleares y la carrera armamentista se acelera con tanta inseguridad y violencia en las calles: la gente pide vivir, pero de veras, sin mentiritas, dos personas que se aman son suficiente pretexto para preservar la vida. Llega la violencia, muertos y heridos por todas partes. Sangre. Olor a sangre y a mierda añejada. No importa, nada importa. Sin embargo, no me arrepiento de nada.


domingo, noviembre 14, 2004

En la radio por internet: Bruckner, la quinta, por H. von Barajan.

La buenas historias, puede ser un libro donde se cuenten buenas historias, de esas que la gente quiere escuchar. Un pretexto para este libro sería un bar, donde todo transcurre, 400 páginas del libro serían unas 4 horas de la historia en tiempo real. O sea, 100 páginas por hora, una página y media por minuto. Convertir un minuto de tiempo real en una página y media de bits en unos y ceros.

domingo, noviembre 07, 2004

Sobre la traducción de poemas

La experiencia del poema no reside en cada una de sus palabras, sino en la interacción de esas palabras, la música, los silencios, las formas; y si no le damos al lector la oportunidad de apreciar la experiencia en su totalidad, no logrará captar el espíritu del original. Por esta razón, creo que la poesía debería ser traducida sólo por poetas.
Paul Auster, Poesía Francesa del siglo XX.

sábado, noviembre 06, 2004

No puedo creer que me esté volviendo viejo. Si, el rendimiento físico ha comenzado a disminuir: la espalda da molestia ante situaciones por demás prolongadas o fuera de la rutina; la concentración para pensamientos intensos es cada vez más borrosa, desvanecida, difusa o somnolienta; la mano cansada, la caída sonrisa, el letargo presente más a menudo entre las pausas de vigilia y trabajo. El sentido de la vida, aquel “sentido” tan comentado hace unos cuantos años, ni siquiera demasiados, se ha ido transformando en metas económicas y sociales a corto y largo plazo. Ya es más común, conforme se aproximan los años y se van amontonando unos en otros, hablar de hipotecas, pagos mensuales, seguros de vida –por temor a la muerte–, contratos civiles y sociales. Poco a poco he ido perdiendo la confianza en la creencia, mis ojos se han ido replegando para dejar la pupila ausente, dilatada y cubierta por venitas rojas, rojísimas, sobre córneas cristalinamente blancas. Absurdos: entre más conozco menos se. Tan siquiera me gustaría conservar la creencia, debatirme ante los otros, orgulloso de tener una verdad verdadera, aunque sea en mi personalísimo universo inventado, creado al detener la mirada sobre y dentro de él, porque sino, ¿cómo haría para inventar un espacio que no puedo ver?

Me debato ante la indecisión, procrastinating, hago nada. ¿Cómo es posible que un amor, una ilusión considerada como verdadera, única en su momento, se vuelva ligero recuerdo, a lo mas? No hay respuesta confiable; debates, memorias, recuerdos, alegatos, apuestas, sonrisas discretas, a lo mas. Mi última omisión fue en Paris; antes de eso: Londres, Guadalajara, Vancouver, Minnedosa.
Dos veces he ido en busca de la mujer que amo; las dos veces regresé llorando. Realmente, no a manera de ambientación trágica y gris, fue dentro de las temperaturas extremas del mundo: desde treinta bajo cero hasta cuarenta y dos infernales grados. Será el vacío de acercarse al barranco, el sabroso sentimiento de sentirse tan lejos de la media, en los valores extremos, las ganas de mostrar algo, a alguien y por algo, sin saber cómo determinar ni por qué o a quién lo indeterminado, lo que me pone de cara al abismo, impulsándome por dentro pero aferrado al cuerpo y a la supuesta vida, dada o tomada, según sea la creencia o la falta de ésta. Después de varios años en el rally, me siento cansado, aun cuando la meta no se ve ni poquito cercana. Dubitativamente, me hago a un lado para ver pasar a los demás. En la permanencia está la esclavitud; desapareciendo es como uno se encuentra.


jueves, noviembre 04, 2004

Ni en las putas creo

Nunca creí en las putitas; aún sigo sin creer. Han de tener una virtud especial, un don enigmático, con cierto aire de esoterismo, ocultismo u otra brujería posmoderna, porque sino sería imposible explicar –de nuevo declarando imposibilidades intrascendentes– su existir en el apasionamiento de mi amigo casado, padre de una hija e hijo de una esposa. La emoción de su sonrisa sincerísima, su alma ligera de futilidades, el andar lento y ceremonioso, dudando ante la vida por el recuerdo de un instante borroso en la razón, impregnadísimo en la conciencia, me hace darme cuenta, o presuponer apenas, de la maravilla de aquellos sucesos en los que no es posible creer. Acaso la falta de creencia sea el sustento del alma.

A la cascada de Huaxtla

Anduve descalzo entre lodos de mierda.
La rutina se ha demostrado culpable del aburrimiento colectivo.
Andar por un camino distinto al de siempre en lo mismo.
Prefijos, sufijos, figuraciones sin sentido.
¿Cuánto he de avanzar para volver a donde estuve siempre?
Ni idea, pienso dubitativo, cabizbajo, somnoliento.
La realidad y la ficción han perdido su clara diferencia.