lunes, mayo 31, 2004

Es increíble como el paso del tiempo puede ser detectado en detalles tan disímiles: yo veo avanzar el número de página en mi diario.

domingo, mayo 30, 2004

Sobre el transcurso del tiempo

Podría pensar que la vida no vale la pena. También podría asegurar que es maravillosa. Cualquiera de estas afirmaciones no carecería de fundamento. Pero, ¿ganaría algo con ello? ¿Cambiaría la vida en si, según mi pensamiento? En lo personal, lo dudo. Escribo como una forma de no tomar la decisión, porque sobre el papel existen tantos personajes –el escritor, el protagonista, el lector, el héroe, el villano–, todos parte de uno mismo, todos distintos pero coincidentes en cierto punto. La escritura es una liberación del yo, una no aceptación de la vida como única e irrepetible, sino como un juego que todos podemos seguir jugando. La única condición: estar conciente de ello.

La dualidad de elección ha sido rota hace apenas unos años, o muchos siglos, según se vea, en occidente u oriente. La velocidad corre distinto, de acuerdo a la zona geográfica donde uno se encuentre. En occidente todo es prisa, andar rápido para aprovechar el tiempo; en oriente, la calma y lentitud son el estandar para avanzar en la inmovilidad del tiempo. Unos y otros andan por la vida, cada quien en su propio tiempo. Pero, ¿y si mezclamos los tiempos? ¿Qué sucede cuando se conjugan la lentitud y la aceleración? Quizá ese sea el tema central de mi vida, mi career: buscar patrones en el transcurso del tiempo. En matemáticas le llaman Sistemas Dinámicos. En otras culturas, llámenle como quieran.

Aniquilación de la palabra

La palabra atenta contra sí misma. Se va autodestruyendo, lenta, apaciblemente. De un momento a otro, salta de aquí hacia allá, dando maromas y piruetas, revolcándose y volando en mil pedazos, distraída, apaciguada y violenta. La palabra se llamaba libertad. La noche se llama inocencia. El día es un intermedio entre la verdad, un equilibrio entre la dionisiaca fantasía y la apolínea razón. Para cruzar la puerta hay que andar. No hay otra manera de pasar al otro lado mas que por el movimiento; y lo más interesante de todo: no es nada difícil. La dificultad radica en la ignorancia. Cuando se conoce, cuando se domina un tema, cuando se siente como si tal situación ya hubiese sido vivida de antemano, en otra vida u otro momento, se da la libertad para decidir, para llegar hacia el otro lado y poder voltear hacia atrás, con otra perspectiva, sabiendo que la vida es una, aunque pueda contar con tantas caras. La palabra busca aniquilar al hombre, petrificarlo o entintarlo, volverlo polvo y arena. La palabra se aniquila al mostrar su lentitud ante la vertiginosidad del hombre. Al desaparecer, nace de nuevo, se reinventa. Entonces existe la literatura, el hecho concreto de no ser ningún pensamiento abstracto, de captar la naturaleza del hombre, sin siquiera comprender la propia. La palabra desdibuja al escritor, lo desarticula en mil pedazos, en doscientas vidas, en unas cuantos planetas, universos, estrellas. Vueltas y vueltas, cada uno sobre su propio eje. A final de cuentas, los ejes se intersecan en una infinidad de paralelas. La palabra se contrae hasta volverse un punto en el espacio. Después del punto, nada más pequeño que el universo. Y uno, preocupado por pagar la renta.

Descubrí este manuscrito hace ya casi diez años. Aun no he podido pasar de la primera página. El libro consta de trescientas. Fue por un suceso extraño que el libro llegó a mí. No he podido comprender por qué ese cambio tan abrupto al final del párrafo, ese cambio de tono, de voz, hasta de tiempo, de una u otra manera. Ante la duda, quedé petrificado, buscando explicaciones en otros textos, en otros sitios. Decidí volar a la ciudad donde había sido editado el libro: Boston, para dejarme sorprender por un hecho del cual todavía no tenía idea. Buscaba una respuesta tan específica que no existía la pregunta concreta. Era necesario dejar abierta la puerta para dejar entrar a quien tuviese algo que decir. Cuando se trata de la palabra, hay que ser precavido, según me habían enseñado mis últimas experiencias contra el sistema. A veces, o casi siempre, es mejor callar, guardar la palabra oral para transformarla en grafos sobre un medio impreso, llámese página en blanco o pantalla de computadora, para luego salir a la calle, revestida de pastas gruesas o de sitios virtuales. La realidad ya no tiene fuerza ante la ficción de la palabra. La realidad ha perdido la certeza al haberla negociado, al haberla cedido hacia la memoria colectiva, el archivo virtual donde se concentra la historia entera de la humanidad y el universo: un fotón.

Sin luz no se da la vida. O se da pero no sabemos que está ahí. Podríamos hablar en porcentajes, mencionar que todo el universo, según creemos, finito o infinito, no forma más que un cuatro por ciento del total de materia. Entonces, somos el cuatro por ciento de un infinito mucho más grande. Pero, ¿habrá diferencia entre un infinito pequeño y uno más amplio? Yo creo que la diferencia está en la palabra, la única vieja sabia, capaz de conocer lo incognoscible, de medir lo… y hacer de una vida, una novela, de un acto instantáneo y fascinante, un poema. Entonces la palabra engendra y regenera al universo entero. El hombre, supuesto creador de ella, va de por medio. La palabra, al ser escrita, roba la vida del hombre, la devora para regurgitarla en otro universo, el de la memoria universal.

sábado, mayo 29, 2004

Sigo el camino no escrito

Hoy compré un
girasol. No acostumbro
hacerlo pero hoy
lo decidí: brindar
una sonrisa con el color.

&

La noche oscila entre
un campo magnético
–lluvia: oscuridad del mar.

&

Mayo se evapora allá
afuera a través
de mi ventana.

&

Ando por la noche
me detengo para
no estar quieto.

Fui a la marcha

Fui a la marcha. No es que tuviera ganas de ir, pero quise verla, estar ahí, aunque sea un rato, vivir la emoción y la adrenalina del peligro, de la anarquía, de la protesta. Tome fotos, acaso ninguna buena, por el temor a la policía, por la falta de ángulo. No estoy seguro de la utilidad de la violencia contra el sistema, la lucha mal enfrentada. Para pelear contra el sistema hay que estar dentro de él. Desde afuera no se puede hacer gran cosa. Venciendo una valla, agrediendo a la policía, entes por demás violentos, no como personas (no dudo de la bondad de algunos), sino como institución que a veces suele abusar de su poder, no lleva muy lejos. Las decisiones importantes se toman sentados sobre la mesa del diálogo, con preparación y estudio. La anarquía y la violencia no pueden ser la solución a la prepotencia, en la que estos mismos caen. El estudio y el diálogo, pueden ser la respuesta. Para llegar lejos, hay que saber llegar.

viernes, mayo 28, 2004

inicio guión corto

No hay peor lucha que la que no se hace
Anónimo

Guión para cortometraje

Tema: vida de algún burgués mexicano en Vancouver.
Título: Granville

Desarrollo:
Esc. 1/ext: noche. Granville de Davie St. hacia Robson.

Se ve a un hombre…

domingo, mayo 23, 2004

La locura del tiempo

Gracias a la locura del tiempo, la vida es incierta. Un punto en el espacio está delimitado por sus coordenadas temporales. No hay manera de ir hacia delante sin haber pasado por atrás. Yo me muevo de un sitio a otro, sin andar siquiera. Me embriago siempre que puedo; la sustancia empleada es lo de menos. Si miro hacia delante, me da vértigo. Si volteo a un lado, la saudade inunda lenta e imperiosamente todo mi ser. ¿Cómo desandar el tiempo? ¿Cómo ir hacia ningún sitio, hacia el presente inmóvil y voraz?

viernes, mayo 21, 2004

Brigths

Los Brights, como sustantivo, no como adjetivo. Yo traduciría como Brillantes o Luminosos. Sí, más bien luminosos, no iluminados. Los iluminados son aquellas personas que no creemos en dios o en toda la charlatanería supranatural. Más bien somos naturalistas, creemos en la ciencia y en la explicación de la vida mediante verdades al alcanze de nosotros mismos. Stalin no mató a la religión, se murió sola.

Mi ensayo-ficción “Leyendo a Paul Auster” ha sido aceptado para ser publicado por partes (7), en el suplemento cultural “La cultura en occidente” del Occidental. Ahora sólo falta escribir una breve introducción, explicando mi manera de escribir: alternancia entre pasado y futuro; y un breve discuros sobre Auster. No estoy tan seguro de querer hacerlo, de que sea necesario, pero es un consejo del editor, quien puede tener más razón que yo en cuanto a la literatura.
También parece que el proyecto de las traducciones de poesía del sueco al español va por buen camino. Hemos obtenido la aprobación para ceder los derechos de autor del poeta sueco a quien buscamos traducir, además del visto bueno del editor que publicará el libro. Esperemos que el Instituto Sueco realmente nos de dinero. Yo creo que si. Es tiempo de hacer buenos trabajos, de ponerse las pilas.

La escuela no va tan bien como podría ir. Una de las causas puede ser mi interés por otras ramas de las matemáticas, como lo son la investigación de sistemas complejos y no tanto el álgebra básica. Pero no todo es tan malo, también hay alumnos que hacen un esfuerzo, que disfrutan el aprender. Por ellos, vale la pena continuar.

Sólo faltan tres semanas para finalizar el semestre escolar, para concluir la licenciatura, para irme de la ciudad… tanta seguridad y tanta incertidumbre. ¿Cómo saber lo que se cree pero no se asegura?

Traducciones, de vuelta a la poesía

Días y días. He comenzado la traducción de los poemas de Stig Larsson. Cuando aparece una frase bien lograda, vale la pena seguir con la poesía. Parece que traducir puede ser más complicado que escribir uno mismo. Es necesario adentrarse en el otro, en el autor externo, y comunicarse con el otro, el yo, autor interno, para encontrar la ruta de la poesía, la vereda de ningún sitio a ninguna parte. Volar frente a la escritura indescifrable, plasmarla sobre la hoja en blanco, con el mismo miedo de la escritura que aún no se conoce, con la esperanza de hallar una que otra línea que valga la pena. La traducción, las matemáticas. Los lenguajes son hermosos, llámense como se llamen. Así, es igual de valioso el simbolismo de un niño a el refinamiento de un matemático puro.

Traducir es escribir dos veces

Uno vive en el otro: la noche
siempre ha cobijado al día.
Nacer
es una broma interminable
instantánea y ciega.

La poesía pierde sentido
al ser analizada demasiado
detenidamente.
La emoción y el placer
–armonía e incredulidad
son factores decisivos
en el momento de traducir un verso.

Pero cuando una frase aparece
un pasaje se revela
–una acción, un accidente
la sonrisa llena la palma de mi mano
y un suspiro, por demás tenue
recupera la memoria del desconocido.

Palabras más, silencios menos:
la humanidad se regenera
al compartir las lenguas.

He vuelto a la poesía: el éxtasis del otro, de la otredad dentro de uno mismo. Tan hondo que parece sin final. El vértigo del descenso, la escalada hacia la cumbre. Llegan las palabras, abandonan la casa, juguetean entre mis dedos, se deslizan hacia fuera, lejos del cerebro, sobre el corazón. La hoja recupera su sentido. ¿Para qué tener espacios en blanco si no se les puede llenar? El objeto del juego: venerar al espacio, cubriéndolo con abiertos infinitos.

martes, mayo 18, 2004

Iceberg

La punta del iceberg es la frontera alcanzable. Más allá nadie sabe nada. Hay quienes aseguran haber visto formas extrañas, siluetas angelicales, demonios cubiertos de ramas. Rumores, meros rumores. Yo estoy seguro de que pasando el iceberg no hay nada. ¿Que cómo lo se? Pues muy fácil, amigo. Déjeme que le cuente una historia que sucedió hace apenas unos años… (Construir la historia: cimiento de la literatura).

viernes, mayo 14, 2004

Cuando el niño era niño...

Duras me hizo recordar a wenders. No pude encontrar el discurso del ángel sobre "hay tiempo para nacer, tiempo para morir", frase a la cual se contrapone Duras con su "no hay tiempo para nacer, ni para morir".

Cuando el niño era niño...

por Peter Handke y Wim Wenders. Tomado de la pelicula "Der Himmel Über Berlin" (Las alas del deseo)



Cuando el niño era niño
iba con los brazos colgantes
queria que el arroyo fuera rio
que el rio fuera torrente
y este charco el mar
Cuando el niño era niño
no sabia que era niño
todo le parecia animado
y todas las almas eran un todo

Cuando el niño era niño
no opinaba de nada
no tenia ningun habito
frecuentemente se sentaba en cunclillas
depronto se echaba a correr
tenía un remolino en el pelo
y nunca posaba para tomarle una foto

Cuando el niño era niño
era el tiempo de estas perguntas
¿por qué yo soy yo y no soy tu?
¿por qué estoy aqui y por que no alla?
¿cuando empezó el tiempo y dónde acaba el espacio?
¿es la vida bajo el sol tan solo un sueño?
lo que veo y oigo y huelo
¿no es solo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿realmente existen el mal y gente que es mala?
¿cómo es posible que yo, que existo
no haya sido antes de existir y que alguna vez yo,
que existo ya no seré quien soy?

Cuando el niño era niño
le costaba tragar las espinacas,
los chicharos, el arroz con leche y la coliflor al vapor
y ahora come todo, no solo por necesidad.

Cuando el niño era niño
alguna vez desperto en una cama extraña
y ahora lo hace seguido.
Muchas personas le parecian bellas
y ahora, solo en ocasiones de suerte.
Se imaginaba claramente un paraiso
y ahora, cuando mucho, lo adivina.
No podia pensar una nada
y hoy se estremece ante ella.

Cuando el niño era niño
jugaba entusiasmado
y ahora se concentra como antes
solo cuando se trata de su trabajo.

Cuando el niño era niño,
como alimento le bastaba
una manzana y pan
y asi sigue siendo

Cuando el niño era niño
las moras le caían en la mano
como sólo ellas lo hacen
y así sigue siendo.
Las nueces frescas
le escalaban la lengua
y así sigue siendo.
En cada monte ansiaba
el monte mas alto
y en cada ciudad ansiaba
una ciudad aun mayor
y sigue siendo igual.
En la punta de un arbol
cortaba las cerezas
emocionado como
lo sigue estando.
Era timido ante los extraños
y lo sigue siendo.
Esperaba la primera nieve
y la sigue esperando.

Cuando el niño era niño
tiraba un baston como
lanza contra un árbol
y ésta aún sigue
vibrando ahí

jueves, mayo 13, 2004

Silencio en la ciudad

La libertad o el silencio.
La noche crece, el día se contiene.
Si miras hacia atrás contemplarás
A tu mirada detenida por la música
Imperceptible pero salvaje
Deliciosa mas aún fuera de sí.
Hacia los lados está el silencio:
La libertad se ha escondido bajo Casiopea.

Llorar solía ser una buena manera de volar.
La risa también funcionaba.
Ahora ni la muerte vuelve a la vida.
El río se ha secado, se ha transformado:
Los venados ya no vienen a jugar.

En el ruido de la ciudad está el silencio del alma.
La paz, tranquilidad; un claxon, una mentada de madre.
La libertad es sinónimo de sobre-información.
Lo se, lo conozco: entiendo nada.

miércoles, mayo 12, 2004

La humedad

No fue sino hasta el final cuando todos se dieron cuenta que apenas había comenzado. Una gota siguió a la otra. Después de haber andado sobre las rocas, atravezado la corteza terrestre, volado y muerto una y otra vez, la gota decidió caer, por mera gravedad.

lunes, mayo 10, 2004

Me gusta México

Y si nos gusta Mickey Mouse, ¿que? Ahora parece que todos somos simpatizantes del pueblo cubano, de su cultura, ciencia y arte, y no del gobierno bajo el cual están regidos. Se nos olvida que si han logrado destacar (o lo hicieron en alguna época) fue gracias a este régimen, a la extrema supuesta opresión que los privaba de libertad para viajar, pero les daba una libertad mayor para estudiar y destacar en la rama a la que se dedicaran. La ciencia tuvo un gran auge (o por lo menos gran fama), mientras duró el régimen soviético. A la caída del comunismo, también se vino abajo la investigación: sin dinero es casi imposible hacer ciencia. Hace poco platiqué con una compañera del trabajo, maestra de preparatoria (trabajaba de ilegal en nuestro país pero, ante la simpatía hacia los cubanos, parecemos permitir dobleces a la ley), quien estudió física en Cuba y me comentaba cómo la investigación está detenida, cómo no hay ramas a las que dedicarse, salvo una que otra dentro de la metalurgia. Hay quienes alaban al pueblo cubano por sus bellas mujeres pero, ¿será un estándar para evaluar a un país? En Guadalajara hay mujeres hermosísimas, ¿por qué no presumir con orgullo a nuestra ciudad? Otros hablan de las playas sorprendentes. Nosotros tenemos una gran variedad, desde los oasis de Baja California, pasando por las playas vírgenes y salvajes de Oaxaca, hasta llegar al hermosísimo Caribe. En estos días ha habido marchas a favor de Cuba, en contra de las decisiones de México pero ¿cuándo veremos marchas a favor de México, gente que sale a la calle, orgullosos de su país, ondeando la bandera mexicana con orgullo y beneplácito? Adoptar costumbres no va en detrimento de las propias; por el contrario, las enriquece. De ahí nace el progreso, no en el sentido neoliberal, sino en el verdadero, el del avance del hombre hacia un fin superior, dotado de la magia que él mismo ha plasmado. Me gusta Mickey, no me gustan los niños héroes; me gusta México. Yo decido salir a la calle y mostrarlo: recojo una lata tirada, sonrío al automovilista de al lado, voy a la escuela y estudio a fondo, trabajo sin abusar del otro; vivo y digo: soy mexicano. Lo repito: me gusta México. Es tiempo de mostrar nuestro orgullo por este magnífico país, es hora de creer en él para creer en nosotros mismos.