domingo, noviembre 21, 2004

Suposiciones

Supongo que todos reímos y lloramos muy a nuestra manera. Algunos, deseosos de sentirse protegidos, se repliegan sobre si mismos; otros, mucho más seguros de su inseguridad, se dan un aire de confianza, como si la luna fuera de cristal o el sol de fuego líquido. Ni la luna ni el sol –no tengo nada. Un suspiro por un amor que pudo ser, un recuerdo deseoso de un amor que no es pero puede ser. Tantas posibilidades y tan acotadas nuestras decisiones. De tantas, una sola.