domingo, mayo 23, 2004

La locura del tiempo

Gracias a la locura del tiempo, la vida es incierta. Un punto en el espacio está delimitado por sus coordenadas temporales. No hay manera de ir hacia delante sin haber pasado por atrás. Yo me muevo de un sitio a otro, sin andar siquiera. Me embriago siempre que puedo; la sustancia empleada es lo de menos. Si miro hacia delante, me da vértigo. Si volteo a un lado, la saudade inunda lenta e imperiosamente todo mi ser. ¿Cómo desandar el tiempo? ¿Cómo ir hacia ningún sitio, hacia el presente inmóvil y voraz?