lunes, mayo 10, 2004

Me gusta México

Y si nos gusta Mickey Mouse, ¿que? Ahora parece que todos somos simpatizantes del pueblo cubano, de su cultura, ciencia y arte, y no del gobierno bajo el cual están regidos. Se nos olvida que si han logrado destacar (o lo hicieron en alguna época) fue gracias a este régimen, a la extrema supuesta opresión que los privaba de libertad para viajar, pero les daba una libertad mayor para estudiar y destacar en la rama a la que se dedicaran. La ciencia tuvo un gran auge (o por lo menos gran fama), mientras duró el régimen soviético. A la caída del comunismo, también se vino abajo la investigación: sin dinero es casi imposible hacer ciencia. Hace poco platiqué con una compañera del trabajo, maestra de preparatoria (trabajaba de ilegal en nuestro país pero, ante la simpatía hacia los cubanos, parecemos permitir dobleces a la ley), quien estudió física en Cuba y me comentaba cómo la investigación está detenida, cómo no hay ramas a las que dedicarse, salvo una que otra dentro de la metalurgia. Hay quienes alaban al pueblo cubano por sus bellas mujeres pero, ¿será un estándar para evaluar a un país? En Guadalajara hay mujeres hermosísimas, ¿por qué no presumir con orgullo a nuestra ciudad? Otros hablan de las playas sorprendentes. Nosotros tenemos una gran variedad, desde los oasis de Baja California, pasando por las playas vírgenes y salvajes de Oaxaca, hasta llegar al hermosísimo Caribe. En estos días ha habido marchas a favor de Cuba, en contra de las decisiones de México pero ¿cuándo veremos marchas a favor de México, gente que sale a la calle, orgullosos de su país, ondeando la bandera mexicana con orgullo y beneplácito? Adoptar costumbres no va en detrimento de las propias; por el contrario, las enriquece. De ahí nace el progreso, no en el sentido neoliberal, sino en el verdadero, el del avance del hombre hacia un fin superior, dotado de la magia que él mismo ha plasmado. Me gusta Mickey, no me gustan los niños héroes; me gusta México. Yo decido salir a la calle y mostrarlo: recojo una lata tirada, sonrío al automovilista de al lado, voy a la escuela y estudio a fondo, trabajo sin abusar del otro; vivo y digo: soy mexicano. Lo repito: me gusta México. Es tiempo de mostrar nuestro orgullo por este magnífico país, es hora de creer en él para creer en nosotros mismos.