martes, agosto 17, 2004

El cero duerme en el abismo.
Nadie lo ha visto.
Todos confían en su poder.
El punto al final de la línea es un óvalo aplastado,
deshilachado y maltratado por la vacuidad.
En sueños, el cero toma la forma de algo.
Nada es realidad.

Reto: abstenerse de opinar; en cambio, plasmar. La objetividad es casi imposible pero, si es alcanzada, el deleite de la prosa se hace universal. Has ido abandonando ciertas creencias, acogido nuevas, retomando algunas en espiral. Hay quienes se quejan del ritmo, otros que bailan sin parar. Tú intentas escuchar y moverte lentamente, como una película de Manoel de Oliveira. Haz vivido solo durante demasiado tiempo. Ahora tienes miedo a la soledad, te refugias muy dentro de ti, tanto que a veces desapareces. Añoras la compañía pero te dan pavor las masas, juegas a pensar aunque luego ya no sabes ni quién eres.

Los eventos de la ciudad: presentación de una revista literaria de alumnos de la Sogem. ¿A eso está condenada la literatura en Guadalajara?