lunes, agosto 16, 2004


Es hora de retomar mi historia, desmenuzarla y contarla como un hecho objetivo, que pasó sin mi consentimiento, se evaporó sin darme cuenta. Las noticias del periódico ya no dicen nada, nunca lo hicieron. Los días parecen casi idénticos, como si una nube se posara sobre otra, cambiando la forma de la primera. Mis gustos, mis alegrías y mis penas son un conjunto abierto, denso y pasajero. No hay nada más que tiempo. La historia es un línea recta, doblada sobre sí misma. En la repetición, la permutación, se encuentra el sentido del progreso.