De nuevo
De nuevo el miedo, el escalofrío ante
la falsa certidumbre. Mejor que vivir,
tenderse sobre la cama todo el día.
Escucho música árabe, tengo un nombre
árabe; vivo en una ciudad de nombre árabe.
Todos los nombre, el nombre.
Bárbaro y exiliado en tierra propia, extranjero
por convicción, por derecho de individualidad.
Me evaporo ante el clasismo de la ciudad – no
hay escape para los que no se han dado cuenta
de su no vivir.
De nuevo, el letargo de la insatisfacción.
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