sábado, junio 19, 2004

hasta ahí

Uno siempre puede decir: hasta ahí. De este concepto se ha ido formando la propiedad privada, la individualidad, la libertad de decisión. Uno es el que dice, nadie más. Si el uno es uno mismo, la cosa se pone cabrona, pero sigue siendo así de sencilla: hasta ahí.