jueves, septiembre 30, 2004

días insoportables


Hace mucho que los días no se volvían tan tremendamente insoportable, tan imposibles de sobrellevar. Sólo por hoy, un día a la vez, paso a paso se llega lejos. Meras frases sin sentido, casi increíbles por lo difícil que es creer y sostenerlas. He renunciado a ciertas actitudes favorables. Ya nada me importa. Las letras, la ciencia, la educación, la vida, todo se ha ido yendo lentamente por el drenaje a través de una alcantarilla. La ciudad está en ruinas, como lo está mi corazón. El intercambio personal se ha vuelto toda una proeza. Comunicarse con sentido es cada vez más difícil de llevar. Tanta pesadumbre y desesperación, ¿de dónde? ¿Por qué seguir con la escritura si estoy conciente del daño que me ocasiona pensar e inventar situaciones trágicas, calamitosas? He comenzado una historia, un relato, cuento o como sea que se le llame a esa chingadera. Por lo menos espero terminarla. Por lo menos espero vivir un día más, ¿para qué? Sabe.

La filosofía se nutre de valores, de sabiduría y el amor hacia ella. La ficción es una realidad no asumida por el individuo. Nadie se puede saber existente porque no tiene marco de referencia externo. Para ver algo es necesario estar fuera de él. Desde dentro de una caja fuerte no puedo ver el florero que está encima de ella.