domingo, marzo 07, 2004

El fondo no es importante; es importantísimo. En el cine, el ritmo de la película, como la emoción que va andando a través de la línea de tiempo, está dado, en gran parte, por las líneas y los cambios de color en el fondo. Así, una película que oscila del rojo al azul, va de la pasión a la tranquilidad; de la misma forma, el cambio entre líneas perfectamente horizontales, hasta llegar a una casi verticalidad, puede marcar el desequilibrio del personaje o de la historia en sí. Encontrar el fondo adecuado es una de las labores más importantes del director y del fotógrafo. Allí está la luz, el color, la línea, la armonía. Un buen ángulo, un tono adecuado, pueden decir mucho más que un guión acertado pero con mala fotografía. Y lo mejor de todo, es que actúan de una manera subconsciente sobre el espectador, dándole gran parte de la película de alguna forma digerida, para que, a nivel inconsciente, se vayan dando las emociones en él, sin que implique mayor esfuerzo de su parte.
Este es el reto al que me enfrento actualmente: encontrar un fondo adecuado para los dos proyectos de video y fotografía en los que me encuentro ahora.
El de fotografía se llama Nine Faces, y consiste en nueve caras, nueve rumbos, y no me acuerdo qué mas me contaba la organizadora. El reto es tomar nueve fotos de los coreógrafos de estas danzas, con mucho color y gran detalle de expresiones faciales, sobre dos tipos de fondo: artificial, como la industria, y natural, como el bosque.
El segundo es un proyecto de un documental en video, haciendo cámara para mi amigo P. el reto: expresar las emociones de los entrevistados mediante el fondo: líneas y colores.
A mi parecer, estas dos actividades se reducen a una sola, única y permanente en mi vida: ver y pensar matemáticamente.